Reto 1: La desigualdad de género en el ámbito laboral

  Con motivo del Día de la Mujer el 8 de marzo, el portal Activos puso sobre la mesa tres brechas de género que todavía persisten en nuestra sociedad y, más concretamente, a las que se enfrentan las mujeres en el mundo laboral. Comencemos.

 El primer escollo es la brecha salarial. Algo que muchos niegan, pero la realidad es que las mujeres, según datos del Gestha, cobran de media unos 5.0000 euros menos que sus compañeros por las mismas responsabilidades, necesitando aumentar el sueldo un 24,8% para conseguir la igualdad.

 Unas desigualdades que están directamente relacionadas con el segundo problema, el techo de cristal, esto es, una barrera invisible que dificulta el acceso femenino a los puestos directivos. En este sentido, el portal Activos señala que “un poco más de una cuarta parte de los puestos de más de 105.000 euros están ocupados por mujeres”.

 Uno de los motivos de la existencia de este techo son los cuidados. En otras palabras, la maternidad y/o el cuidado de familiares dependientes unido a la falta de conciliación con el trabajo impiden que las mujeres puedan ascender a los puestos de mayor responsabilidad. Unas decisiones que no son voluntarias al contrario de lo que se pueda pensar, puesto que, “un 45% de las mujeres empleadas a jornada parcial, debido a los cuidados, declaran hacerse ellas cargo en lugar de sus maridos porque ellas ganaban menos”.

 Con toda esta información, podemos afirmar que la igualdad de género sigue siendo un objetivo pendiente, el cual no podrá alcanzarse nunca si miramos para otro lado. Esto se debe a que en nuestra sociedad tenemos muy arraigados los roles que se asignan a lo masculino y a lo femenino. Algo que hace que dichas diferenciaciones nacidas de ámbitos sociales los hayamos justificado como algo natural, es decir, una dimensión que viene dada por nuestras “diferentes naturalezas”. Pero nada más lejos de la realidad, puesto que simplemente se ha convertido en un argumento para dejar las parcelas de poder y de reconocimiento exclusivamente a los hombres.

 En definitiva, es fundamental analizar nuestra sociedad desde un punto de vista de género, esto es, con las llamadas “gafas violeta”, las cuales nos proporcionan un filtro de perspectiva de género. Es la única forma de poder darnos cuenta de los roles de género que hemos instaurado como sociedad, así como los estereotipos que hemos desarrollado relacionados con ellos. Unos estereotipos, principalmente basados en el carácter sensible y tendencia natural de lo femenino por el cuidado familiar, que han hecho que las mujeres se hayan quedado no solo rezagadas en la carrera laboral, sino también menospreciadas y apartadas.

 Una perspectiva que se está aplicando, tal y como podemos ver en las acciones tomadas por distintas organizaciones internacionales, así como de los gobiernos tanto legislativas como en la creación de organismos e instituciones. Unas medidas imprescindibles para conseguir una igualdad salarial y de oportunidades tanto en el ámbito laboral como en el resto de dimensiones de nuestras vidas y sociedades. Sin embargo, queda mucho camino por recorrer para conseguir una igualdad efectiva entre hombres y mujeres.

 

Fuente:

https://www.epe.es/es/activos/20240308/techo-cristal-jornada-salarial-brechas-de-genero-99132854?_gl=1*1anqgli*_gcl_au*Mjg0NzA0MDM2LjE3MjcxNTgzNjI.*_ga*MjA1NDc5NTA4OS4xNzI3MTU4MzYy*_ga_YCJHYESXNK*MTcyNzE1ODM2Mi4xLjAuMTcyNzE1ODM2Mi42MC4wLjA

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